Fuente: Rtve.es |
La película 'Django Desencadenado' se estrena hoy en China. Lo hace con un mes de retraso porque el gobierno la retiró para censurar algunas escenas. Pasar por la censura es solo una de las restricciones que China pone a las películas extranjeras, sobre todo estadounidenses, que quieren proyectarse allí. Pero es un mercado que crece tanto que las productoras se ven obligadas a aceptar.
Hoy el pueblo chino se ha levantado expetante por ver la película que su gobierno retiró hace un mes para volver a pasarla por la censura. "Me han dicho que han cortado la escena en la que Django sale desnudo", dice un joven espectador. "He ido a verla porque se ha hablado tanto de lo que ha pasado que tengo curiosidad", dice otra.
China fija en 25 el máximo de estrenos de películas extranjeras al año, aunque abre más la mano si las productoras venden la cinta y renuncian a compartir taquilla. Además, obliga a pasar por la censura con el argumento de que las producciones no son para todos los públicos. "En las películas, no puede haber extrema violencia o sexo. Y nada de política o contra el gobierno chino. El resto, se examina película por película" revela Li Chow, trabajadora en Sony Entertainment Pictures China en una entrevista para el ente público RTVE.
A pesar de las restricciones a las películas extranjeras, es un mercado muy apetitoso que el año pasado creció un 30% e ingresó la friolera de 2.000 millones de euros. Una entrada de cine suele costar alrededor de 70 yuanes, unos 10 euros. Por primera vez en 2012, la recaudación de las películas extranjeras superó a las que se hacen en China.
Eso sí, las productoras de fuera solo se llevan el 25% de lo recaudado, cuando lo habitual es llevarse la mitad de la taquilla. Es otra de las normas con las que hay que apechugar para estrenar película en el país asiático.
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